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jueves, 22 de mayo de 2008

COCOCHAS AL PIL-PIL







INGREDIENTES:
cocochas de bacalao frescas ( si son de merluza no las quedamos también, faltaría plus)
aceite de oliva virgen extra ( variedad empeltre de Teruel).
ajos, guindilla
una barra de pan " pa mojar" y 100 millas de distancia de regímenes hipocalóricos, no importa que al comerlas se nos salten las lágrimas de "flacer", aguantar el tirón.

PROCEDIMIENTO:
Las cocochas o kokotxas, como se conocen en el País Vasco, son cada una de las partes carnosas, de aspecto glandular que se encuentran en la zona gular de los peces (debajo de la cabeza). Son especialmente apreciadas las de la merluza y las del bacalao.
Es fundamental que estén frescas, si, ya se que son un poco caras, pero es que cada merluza o bacalao sólo tiene una, que le vamos a hacer.
Necesitaremos una cazuela de barro ancha tipo paellera, echamos los ajos enteros pero chafados con piel y todo, luego los podemos quitar, un poco de guindilla, cuidado no te pases, simplemente que de ese tono lejano picante y si no te gusta pues no le pongas guindilla, procura que el aceite sea de gran calidad, la variedad empeltre del bajo Aragón le va perfecto.
Coloca las cocochas con la piel hacia arriba, cuando el aceite haya tomado el sabor de la guindilla y el ajo, incluso puedes quitarlos y desecharlos ya, en el fuego no deben de estar más que un par de minutos por cada lado.
Apaga el fuego y deja que temple todo el conjunto, cuando estén templadas yo saco a otro recipiente casi todas las cocochas dejando una media docena en la cazuela con un poco de aceite ( el resto lo iremos añadiendo a medida que va ligando la salsa) , esto lo hago con objeto de que queden bien enteras, las añado al final cuando la salsa ya está ligada. Con estas pocas cocochas que hemos dejado y un poco de aceite empezamos los movimientos circunvalatorios ( vaya palabro que me ha salido) siempre en el mismo sentido, la gelatina de las cocochas irá haciendo su trabajo: emulsionar con el aceite de mi pueblo que se llevan de maravilla, hasta conformar esa salsa vasco-turolense que solo verla entran ganas de mojar, iremos añadiendo poco a poco el resto de aceite templado y al final colocamos estrategicamente en la paellera el resto de las cocochas, lo que sigue es pura gula...un canto a ese pecado capital y ten cuidado que puede derivar en ese otro pecado de la carne aunque el plato sea de pescado, lujurioso mas que lujurioso...
Cuando le preguntaban a mi hijo con 5 o 6 años en la escuela cual era el plato que más le gustaba, no eran ni los macarrones, ni las hamburguesas, ni los bollycaos... eran las cocochas de bacalao que hacía su padre... que jodío, con que morro me ha salido y así sigue.

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