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martes, 3 de noviembre de 2009

UN CAFÉ CORTADO PARA EMPEZAR A COMER - VIDEO





El congrio que se consume tanto en fresco como desecado, sobre todo en la zona de Calatayud, donde uno de sus platos típicos es el CONGRIO A LA BILBILITANA, en este caso hemos hecho algo especial, no se que pensaría Neruda cuando escribió la ODA AL CALDILLO DE CONGRIO, lo que hemos hecho no deja de ser aquel viejo reconstituyente de la yema de huevo con caldo, pero claro si para empezar una comida pones a tus invitados una taza de café y ven que apareces con la cafetera de toda la vida, lo primero que piensan es que la comida ha sido breve, pero esto de comer aparte de alimentarse no deja de ser un juego...
Las cafeteras se han utilizado en cocina aparte de para el café, para otros menesteres culinarios, la ha utilizado Subijana, la cafetera cona, que yo estoy intentando localizar y no hay manera, Marcelo Tejedor de casa Marcelo, ha utilizado la tradicional e incluso se ha utilizado la que genera vapor, la que hay en los bares, para hacer diversos preparados culinarios, otro día los vemos, eso sí, si usas una cafetera para hacer caldo, la debes usar sólo para eso, para el café usas otra.

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ODA AL CALDILLO DE CONGRIO (NERUDA)

En el mar
tormentoso
de Chile
vive el rosado congrio,
gigante anguila
de nevada carne.
Y en las ollas
chilenas,
en la costa,
nació el caldillo
grávido y suculento,
provechoso.
Lleven a la cocina
el congrio desollado,
su piel manchada cede
como un guante
y al descubierto queda
entonces
el racimo del mar,
el congrio tierno
reluce
ya desnudo,
preparado
para nuestro apetito.
Ahora
recoges
ajos,
acaricia primero
ese marfil
precioso,
huele
su fragancia iracunda,
entonces
deja el ajo picado
caer con la cebolla
y el tomate
hasta que la cebolla
tenga color de oro.
Mientras tanto
se cuecen
con el vapor
los regios
camarones marinos
y cuando ya llegaron
a su punto,
cuando cuajó el sabor
en una salsa
formada por el jugo
del océano
y por el agua clara
que desprendió la luz de la cebolla,
entonces
que entre el congrio
y se sumerja en gloria,
que en la olla
se aceite,
se contraiga y se impregne.
Ya sólo es necesario
dejar en el manjar
caer la crema
como una rosa espesa,
y al fuego
lentamente
entregar el tesoro
hasta que en el caldillo
se calienten
las esencias de Chile,
y a la mesa
lleguen recién casados
los sabores
del mar y de la tierra
para que en ese plato
tú conozcas el cielo.

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