Pasión chocolate, diversas formas y texturas de chocolate, lo más flojo el bizcocho.
Helado de yogur con violetas, agradable y refrescante
Petit four: gominola de aceite, golosina de plátano, crujiente de chocolate blanco, cremoso de chocolate.
RESTAURANTE BORAGOUn restaurante que podríamos decir que acaba de nacer, enunciada esta premisa, todo lo que se diga bueno o malo sobre el, digamos que por lo menos es prematuro, como toda actividad en la vida hay que dejarle hacer cierto recorrido para tener una visión más realista, a pesar de todo las sensaciones son buenas.
El nombre no puede ser más de la tierra, Borago es parte del nombre científico de la borraja, verdura aragonesa por antonomasia, la "borago officinalis", ocupa este restaurante las antiguas instalaciones del Cruz Blanca, en pleno centro de Zaragoza, su chef y propietario es José Andrés Olivar, de amplia experiencia, ha oficiado en el Lillas Pastia y La Granada de Carmelo Bosque.
Tiene Borago una barra a la entrada que hace las veces de bar, un comedor superior, quizás para comidas mas informales y un comedor en la planta baja, amplios y con buena separación entre mesas.
La oferta gastronómica es variada: un menú de tapas de lunes a jueves por 18 euros con bebida incluida, un menú de fin de semana de 20 euros, bebida incluida, es el que tienes reflejado en las fotos, con un primero, un segundo, y postre a elegir todos ellos entre media docena de opciones, acompañados con agua y un vino de la casa, aperitivo y petit four gentileza así mismo de la casa.
Oferta también un menú degustación por 55 euros bebida aparte, y una carta de un precio medio sobre 40 euros.
Opciones variadas y posibilistas, probamos el menú de 20 euros, tal como lo ves en las fotos, y son 20 euros ( cosa importante esta), con su iva, su vino, su pan, su agua, sus aperitivos, su petit four...todo 20 euros, en un mundo de marketing engañoso esto es importante.
La cocina es una mezcla de tradicional y creativa o de autor, que creo importante y aun trascendental que convivan, ¿porqué no iban a hacerlo?, desde una chuleta de Ávila o unas carrilleras al vino tinto a una creatividad más desbordada en los postres.
No he probado el menú de degustación, lo dejamos para otra vez, para cuando lleve más recorrido y podamos evaluarlo con más visión, pero los principios son buenos...
El resumen es que, es algo más, de lo que estamos viviendo, gastronómicamente, en estos momentos: subida de nivel culinario y contención de precios (no te confundas, las excepciones existen), un menú de estas características en pleno centro de Zaragoza a 20 euros, en fin de semana, con mantel y vajilla de cierto nivel alomejor es situarse en el lugar del que nunca se debió salir, en cierto posibilismo gastronómico.
Seguiremos el proceso de evolución de este restaurante, como reza en su carta, invocando la frase de Bernard Shaw, aquello de "No hay amor más sincero que el amor por la comida".