Otra creación visual maravillosa, 7 formas de comer el chocolate, para los "chocohólicos"... pero si algo de grande tienen estos postres de chocolate es que no son nada pesados, etéreos diría yo, claro, eso sólo se hace con una buena técnica, con el dominio del trabajo del chocolate.
Petits four, piruletas, vasito de yogur con cereales, bombón...
Café con variedades de azúcar.
RESTAURANTE GORALAI
El restaurante Goralai, inaugurado hace un par de años, si no me equivoco, es unos de esos restaurantes que vienen a insuflar algo de aire fresco en la gastronomía Zaragozana, hay alguno más, por supuesto; gastronomía que ha vivido al abrigo de la "gran burbuja gastronómica" que al igual que con la del ladrillo, hemos convivido, pero parece deshincharse, y sin duda vamos hacía algo más posibilista, y el que no entienda esto, tendrá problemas, cuando digo posibilismo gastronómico me refiero a precios, me refiero a productos, me refiero a oficio... el todo vale y caro no conduce a ninguna parte, por eso de un tiempo a esta parte estamos viendo promociones, menús ejecutivos, (pobrecitos, les han quitado la visa que no era suya, era de la empresa y ya no pueden degustar grandes reservas) en resumen: imaginación, es lo que tienen las crisis, que agudizan el ingenio y ponen a muchos en su sitio, lamentablemente hasta al que no se lo merece.
Este restaurante que lleva dos años funcionando, posiblemente no ha conocido tiempos de bonanza, y sin embargo funciona, algo tendrá el agua cuando la bendicen...
La fórmula de matrimonio gastronómico, el, en la cocina, ella en la sala o al revés, normalmente suele dar buenos resultados, más que nada porque el negocio en este caso si es familiar, en restauración hay varios casos, sin salir de Zaragoza, Jorge Lara estaba en el antiguo Naútico, posteriormente creo que emigró para tierra vascas y de allí vino con técnica culinaria y con Jasone San Martín, no estoy seguro, pero creo que trabajaron en el Akelarre de Subijana, en cualquier caso, buen punto de referencia.
El restaurante Goralai está decorado con unos tonos naranjas y verdes, para mi muy agradables, relajantes diría yo, aunque en esto, la subjetividad es total, como en casi todo en la vida, seguro que a alguno le agobian, a mí me gustan.
La decoración de la mesa es cuidada, con detalles de buen gusto, flores, tenues velas, y la presencia de un buen aceite de empeltre.
La vajilla moderna y cuidada.
La bodega cuenta con una decena de blancos y unos 40 tintos, cavas, y vinos dulces, si ser demasiado profusa es suficiente, y a precios comprensibles.
El servicio es discreto y profesional, Jasone que además de confeccionar los postres denota una perfecta sensibilidad para el trato personal.
La cocina que practica Jorge Lara digamos que está, en el límite donde empieza la cocina creativa, sin estridencias, eso si, con buenos y tradicionales productos, y un toque creativo, pero que nunca suele traspasar esa línea en demasía, supongo que esto es así, deliberadamente, es un punto equidistante que suele reportar buenos resultados, aunque a veces quizás un poco de riesgo no esta de más...
Destacar la visualidad de los postres no exenta de una gran técnica, aquí es Jasone la que pone su impronta, bonitos y logrados de verdad.
El precio, factor importante sin duda, el menú arriba descripto, destacar que son medias raciones, factor este importante para degustar una cocina, puesto que te permite varios platos, es de 35 euros mas el vino, pero cuidadín, no es verdad, vamos a matizar, en los precios de restaurante, no suelen poner el IVA, ya se que es un impuesto que se paga aparte.. y todo lo que me quieras contar pero cuando uno va a un restaurante lleva una idea de precio y sería buena costumbre (batalla que tengo perdida, por supuesto) de poner el montante que paga el consumidor desde la misma publicidad, ya se que todos sabemos sumar, pero es que además me da la sensación de que es un ardid de marketing para torpes...
Resumiendo con vino incluido el precio alrededor de 50 euros, creo que es un precio correcto y posibilista, para una cena en un entorno agradable y una cocina con oficio.