INGREDIENTES:
percebes
aceite de girasol
PROCEDIMIENTO:
Quizás sea el percebe, junto con el erizo de mar, el "animalito" con más sabor a puro y salino mar, ya se que un buen percebe como mejor está es con una mínima preparación culinaria, es decir, cocido en una solución salina, a poder ser agua de mar o en su defecto agua salada, mínimamente cocidos y un albariño para acompañar, no seré yo quien discuta esto, un poco templados o incluso fríos, se les quita las uñitas y ¡ ala ! a ponerse la corbata perdida, la de uno y la de los comensales mas próximos. Pero hoy hemos reservado unos cuantos para hacer un aceite de percebe y una sal, la llamamos así, porque la usamos para sazonar.
Para empezar cocemos los percebes de forma tradicional, en agua salada, cuando empiece a hervir, echamos los percebes, apagamos el fuego y mantenemos tres minutos, los sacamos y dejamos enfriar.
Los pelamos y guardamos la parte comestible, trituramos su carne añadiendo aceite de girasol ( en este caso es más neutro que el de oliva y tendremos más sabor a percebe, que es lo que pretendemos), poco a poco irá emulsionando, cuando tengamos la cantidad deseada, dejamos de triturar y de echar aceite, colamos el resultado por un fino, de esta manera obtendremos un aceite con intenso sabor a percebe, reservamos, nos servirá para aliñar, por ejemplo un pescado.
Con lo que nos ha quedado en el fino, que es la carne triturada del percebe, hacemos unas tortitas y pasamos por la plancha, para desecarlo, hasta que se tueste y nos queden unos granitos a modo de sal, siguen teniendo un intenso aroma a percebe y además tienen una textura crujiente, ideal para sazonar un pescado a la plancha.
.
EL PERCEBE
El percebe es un crustáceo que al igual que los mejillones, vive enganchado a las rocas. Estos se crían formando colonias, y aunque son hermafroditas, son incapaces de autofecundarse, por eso, uno debe actuar como donante de semen y otro debe prestar sus ovarios.
Los percebes tienen una singular forma (son más bien feos) y un tamaño variable dependiendo de su ubicación, pudiendo alcanzar una longitud de 12 centímetros, aunque se consideran suficientes a partir de los 5 centímetros ( real como la vida misma).
Los especialistas distinguen dos clases de percebes, los de sol y los de sombra o aguarones. Los primeros se desarrollan en zonas soleadas y se distinguen por su pedúnculo corto y grueso, mientras que los segundos, que son menos apreciados, tienen un cuerpo más largo y delgado y mayor contenido en agua. Aunque se considera que ambos son mucho mejores que los que se capturan en la costa marroquí, más delgados y descoloridos, y los canadienses, de color más claro y un sabor menos intenso.
LOS PERCEBES ADAPTAN EL TAMAÑO DE SU PENE A LA FUERZA DEL OLEAJE
El humilde aunque caro percebe es el animal con el pene de mayor tamaño relativo, ocho veces su propio cuerpo. Estos cirrípedos viven adheridos a un sustrato marino formando colonias permanentes, por lo que su largo órgano genital les permite alcanzar a sus congéneres y lograr la fecundación. Para facilitar las cópulas, son hermafroditas, alternando su sexo entre masculino y femenino.
Los biólogos marinos Christopher Neufeld y Richard Palmer, de la Universidad de Alberta (Canadá), se plantearon la posibilidad de que el pene largo fuese un problema para el percebe que habita cantiles con fuerte oleaje, ya que el órgano se podría enredar y lastimar contra las rocas. Ambos científicos conocían la habilidad del animal para adaptar el tamaño y forma de sus piernas –órganos con los que capta su alimento– en función del entorno. “Tomando unas cañas, se nos ocurrió que quizá podían cambiar también el tamaño y forma de su pene”, explica Neufeld.
Comparación de tallas
Inflándolos con jeringas hipodérmicas, los investigadores midieron los órganos sexuales de los percebes de puerto, que viven refugiados del oleaje, en comparación con los que habitan en aguas bravas sometidas al tráfago mareal. Descubrieron que los penes de éstos eran más chatos y gruesos.
Trasplantando ejemplares entre estos dos hábitats, los biólogos comprobaron que los cirrípedos adaptaban fácilmente su anatomía genital a las condiciones del entorno. “La larva del percebe puede establecerse en un ambiente muy diferente al que habitaban sus padres; por ello son capaces de manejar esta variabilidad cambiando sus piernas y penes”, apunta Neufeld. El estudio se publica en la revista Proceedings of the Royal Society B. ´.
.
fuente : diario PÚBLICO