INGREDIENTES:
judías verdes
pulpo
pimientos rojos, verdes y amarillos
apio
Para la vinagreta:
mostaza de Dijon
zumo de limón
aceite de oliva virgen extra
hierbabuena
PROCEDIMIENTO:
Las ensaladas son para el verano... pero hoy está nublado, siempre se cumplen los viejos refranes, aquello de hasta el 40 de mayo no te quites el sayo...una vez más es verdad, la sabiduría popular nunca falla...mientras, por su cabeza circulan pensamientos inconexos, se repite a si mismo, no, no sólo son para el verano...no sólo son para el verano...
Aunque tu no lo sepas, mientras limpia, y deja en perfecta simetría estas judías, las arroja al fondo de una agua en erupción, con la única compañía de la sal, y la única intención de darles una suave cocción, él ha vivido, iluminado por esa parte de ti que no conoces, ha tenido vida junto a tus pensamientos...aunque tu no lo sepas.
Siempre tuvo una fijación enfermiza por lo simétrico, todas las verduras cortadas en una fina brunoise: pimientos de colores, judías verdes, apio... como en perfecta formación antes de entrar en la batalla, a veces, recordaba aquellas conversaciones intrascendentes, pásame el pan, por favor me llenas el vaso...¿has leído lo último de García Montero?... aunque tu no lo sepas, él ha seguido tus pasos, infinitas veces hasta tu dormitorio.
Agua fría, a poder ser con hielos, después de una leve cocción, lo mejor es arrojar las judías a la frialdad del hielo, para que conserven su color, ese verde como el de esta primavera que está aflorando, un aro metálico en el centro del plato y comienza a tapizar sus paredes con las judías, a modo de hiedra que tapiza los dos hemisferios del corazón...dentro queda el pulpo cocido, como esos recuerdos que se ven apresados por las paredes, incapaces de aflorar al exterior, de dejar huecos...aunque tu no lo sepas, aún recuerda tus labios mojados y teñidos del morado del vino, mientras te miraba, y de sus pupilas emergía un rayo de deseo...
Él te ha inventado cientos de veces, tantas como proyectos dibujó en su mente... si, tengo que idear una salsa, se decía, abriendo el frigorífico y observando lo que allí había, al igual que él se ofreció a ti, entero, para que cogieses lo que te apeteciera... un poco de mostaza, zumo de limón y aceite de oliva para emulsionar el conjunto... esta salsa, se decía, sin la ensalada no es nada, y la ensalada sin la salsa, vegetales sin vida... aunque tu no lo sepas, ahora, él vive entre la realidad y el deseo...
AUNQUE TU NO LO SEPAS
Como la luz de un sueño,
que no raya en el mundo pero existe,
así he vivido yo
iluminado
esa parte de ti que no conoces,
la vida que has llevado junto a mis pensamientos...
Y aunque tú no lo sepas, yo te he visto
cruzar la puerta sin decir que no,
pedirme un cenicero, curiosear los libros,
responder al deseo de mis labios
con tus labios de whisky,
seguir mis pasos hasta el dormitorio.
También hemos hablado
en la cama, sin prisa, muchas tardes
esta cama de amor que no conoces,
la misma que se queda
fría cuanto te marchas.
Aunque tú no lo sepas te inventaba conmigo,
hicimos mil proyectos, paseamos
por todas las ciudades que te gustan,
recordamos canciones, elegimos renuncias,
aprendiendo los dos a convivir
entre la realidad y el pensamiento.
Espiada a la sombra de tu horario
o en la noche de un bar por mi sorpresa.
Así he vivido yo,
como la luz del sueño
que no recuerdas cuando te despiertas.
Luis García Montero.
1 comentario:
Hummmmmmmmmm, ensalada original y bien rica. Y que fotos.
Besazos
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