martes, 1 de abril de 2008

CALLE MELANCOLIA - JOAQUIN SABINA





Como quien viaja a lomos, de una yegua sombría, Por la ciudad camino, no preguntéis adónde, Busco acaso un encuentro, que me ilumine el día, Y no hallo más que puertas, que niegan, lo que esconden.
Las, chimeneas vierten, su vómito de humo, A un cielo cada vez, más lejano y más alto, Por las paredes ocres, se desparrama el zumo, De una fruta de sangre, crecida en el asfalto.
Ya, el campo estará verde, debe ser primavera, Cruza por mi mirada, un tren interminable, El barrio donde habito, no es ninguna pradera, Desolado paisaje, de antenas y de cables.
Vivo, en el número siete, calle melancolía, Quiero mudarme hace años, al barrio de la alegría, Pero siempre que lo intento, ha salido ya el tranvía, Y en la escalera me siento, a silbar mi melodía.
Como quien viaja a bordo, de un barco enloquecido, Que viene de la noche, y va a ninguna parte, Así mis pies descienden, la cuesta del olvido, Fatigados de tanto, andar sin encontrarte.
Luego, de vuelta a casa, enciendo un cigarrillo, Ordeno mis papeles, resuelvo un crucigrama, Me enfado con las sombras, que pueblan los pasillos,Y me abrazo a la ausencia, que dejas en mi cama.
Trepo, por tu recuerdo, como una enredadera, Que no encuentra ventanas, donde agarrarse soy, Esa absurda epidemia, que sufren las aceras, Si quieres encontrarme, ya sabes dónde estoy.
Vivo, en el número siete, calle melancolía,Quiero mudarme hace años, al barrio de la alegría,Pero siempre que lo intento, ha salido ya el tranvía,Y en la escalera me siento, a silbar mi melodía. (Joaquín Sabina)



Como siempre entre las mandíbulas chorreo tinta, como siempre las putas sostienen la noche, como siempre mis ojeras causan risa al portero, como siempre en la vitrina de los sueños falta uno, como siempre los candados del destino están oxidados, como siempre tus pechos blancos hacen vibrar a mis ingles, como siempre me dicen que no he pagado un recibo de amor, como siempre miles de parturientas traerán futuros socios del " real vida club" , como siempre seguiré llenando los libros de huellas dactilares, como siempre apoyo mis muslos donde me dejan, como siempre mi culo aplasta todos los papeles del mundo, como siempre pasan los días y entre las mandíbulas chorreo tinta.

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