A veces la vida brota entre las piedras, asomándose al mundo por el único resquicio que encuentra, y allí sigue creciendo, asentada en un lugar extraño, silenciosa, esperando esos amaneceres morados que mitiguen la huella del dolor.
A veces la vida es un coche solitario en una carretera secundaria, o un Octubre sin día de la Hispanidad, o una cama sin siestas...Te lo he repetido muchas veces: los pecados del tiempo, son pecados mortales, y la penitencia, es algo más que tres jaculatorias desgranadas a desgana.
A veces la vida, aunque tu no lo sepas, es un suelo lleno de cristales rotos, o una canción sin letra ni música, a la que intentas componer un estribillo, y no encuentras la manera de rimar dos palabras.
Aunque los sueños llegen a oxidarse, no conviene dejar de soñar, en las colinas del tiempo, donde habita la tarde, y la tranquilidad tiene color de incendio, sigue creciendo la hierba, sabe que vendrá el invierno, pero ella desafía al destino, todos los días, todos los años... aunque los dos sabemos, que los pecados del tiempo, son pecados mortales...
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(Tomás)
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