
Las noches
quieren dormir
en tus perfiles de mujer,
pero yo no les dejo,
no quiero
que se entretengan en tus poros.
Son míos.
.
El otoño y las tardes de domingo
riñen por descubrir
las cavidades de tu cuerpo
pero yo no les dejo,
no quiero que descubran tus misterios.
Son míos.
.
Sabes bien
que sigo conduciendo sin frenos
y que en el intervalo
del sonido del despertador
y el zumo de naranja
una insinuación o el escalofrío de una caricia
me siguen dejando fuera de juego.
.
.
.
tomás
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