Un verano, si recuerdas,
nos detuvimos en un pequeño puesto de flores.
Un ramillete de brillantes no-me-olvides- fue todo
lo que me permitiste comprarte.
Un verano como hoy
nos reímos al atardecer
y nos robamos un beso en cada café.
Tú eras más suave que las flores de los árboles.
Yo estaba tan orgulloso como un muchacho podría estarlo,
como si el alcalde me hubiera ofrecido la llave
de París.
Ahora otro invierno ha pasado,
¿Recuerdas cuando
Tú me amaste una vez?
Machista, engreído, desagradable, violento, mucho mal humor… y, a pesar de todo, un genio. El Jazz fue uno de los grandes inventos del siglo XX y si la primera piedra para su desarrollo la puso Charlie “Yarbird” Parker, la segunda la puso Davis con lo que se vino en llamar el Bop a mediados de 1940. Quien no haya bebido de Miles Davis hasta ahora es que vive en una cueva. Constante renovador del jazz a lo largo de su dilatada carrera, ha influenciado a todos, dentro y fuera del jazz. Ha tocado con los mejores y ha sido padrino musical de los mismos: John Coltrane, Herbie Hancock, Keith Jarrett, Bill Evans, Cannonball Adderley le deben mucho. Pasó por diversas épocas, incluyendo adicciones a la heroína y al sexo más depravado, sin perder nunca el amor por la música y la vida. Incluso si no te gusta el jazz, te gustará Miles Davis.
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