Todos, al menos los que ya teneis algún añito sobre las espaldas, aquellos que ya tenían uso de razón antes de aquello que llamaron la transición, todos, como decía, alguna vez habréis comido en algún restaurante de postín de la época, o el alguna boda, banquete o comunión (la famosa BBC), el no menos famoso cóctel de gambas, si, aquel que a veces lo servían en media piña con su salsa rosa rebosante y sus gambas clavaditas, un lujo, o en elegante copa de cóctel con las gambas circunvalando el perímetro "coperil"...comida "viejuna", bautizada así, por Mikel Iturriaga de el comidista del periódico el Pais, otros ejemplos de estos platos os vendrán a la "desvencijada mirada de la memoria"...el melón con jamón, los San Jacobos, el pijama, la tarta de whisky, hasta el pastel de cabracho para los más snob, de todos, intentaremos hacer una versión más creativa, aún a sabiendas, que ni de lejos superaremos el original, para empezar en esto hemos dejado el cóctel de gambas:
INGREDIENTES:
Gambas
huesos de rape
hojas de gelatina
mahonesa
piña
naranja
PROCEDIMIENTO:
Cocer las gambas en agua hirviendo con bastante sal, un minuto escaso, y sacar para que enfríen, pelar dejando parte de la cola.
Hacemos a su vez un caldo de pescado con huesos de rape.
Ponemos a hidratar unas hojas de gelatina en agua fría, estas hojas hidratadas las mezclaremos con parte del caldo todavía tibio, la intención es llenar unos recipientes para hacer cubitos con el caldo mezclado con la gelatina, a su vez dentro colocamos la gamba sin cabeza, para que cuando gelatinice se quede el cubito de caldo de rape pegado a la gamba.
Con las cabezas de las gambas haremos una mahonesa, para ello, presionando las cabezas sacaremos todo el coral de las mismas, y lo mezclaremos con una mahonesa, tomará un cierto color rosado.
Para montar el plato colocamos tres gambas "cabezonas" con su cabeza de cubito de caldo gelatinizado, una lágrima de mahonesa de gambas y piña y naranja natural cortada a dados...como muy "light" no ha quedado ¿o no?...
Aquí puedes ver la versión remozada del melón con jamón
Y ahora como un regreso al pasado a escuchar al "nano", aquello de como un gorrión...
Cuando habla, su voz es adictiva, un balsamo calido en las sienes; cuando canta, su voz es una fuerza vital que revive todo lo que es humano dentro de uno, como esa brisa fuerte que te da en la cara durante un viaje de juventud en aquel Dyane 6 al que le habiamos quitado la capota de lona...."ara que gairebé fa 20 anys,des d'aquell temps en què feia que 20 anys, que teníem 20 anys"...o algo así...