INGREDIENTES:
un huevo
mahonesa
nata
jamón iberico
PROCEDIMIENTO:
Cuando uno anda por la cocina y decide hacerse un huevo frito con jamón y a la vez ser un poco creativo pues puede ocurrirle que le salga algo como esto, que conste que nada tengo yo ¡ válgame el divino ! contra el huevo frito tradicional con jamón, debo de confesaros, ahora que no nos oye nadie, que si alguien me pregunta cual es mi plato favorito os diré bajito y a la oreja que es la tortilla de jamón, eso si echa como marcan los cánones, vamos que me la tengo que hacer yo para la total complacencia ( es que uno le ha pillado su puntico): jamón poco hecho, huevo sin batir, sólo roto, mínimamente cuajada...un placer cuasi pecaminoso acompañada de un vasico de garnacha centenaria, a poder ser CANTERUELAS, que es el mio.
Pero lo que os voy a describiros no es el huevo frito tradicional sino algo más creativo y la verdad es que el resultado me ha sorprendido hasta a mi mismo, es una pequeña delicatessen, algo parecido, creo que vi hacer (no me hagais mucho caso, pues mi memoria es frágil cual cristal de bohemia) en al Alvar González de Vinuesa.
Para empezar tenemos que congelarnos un huevo, de los de gallina, me refería a los de gallina, tres o cuatro días en el congelador serán suficientes.
También tenemos que hacer una mahonesa de la forma tradicional y añadirle un poco de nata líquida, la metemos en sifón con dos cargas de gas y la reservamos colocando el sifón en un baño maría para que la espuma de mahonesa se mantenga tibia.
Sacamos el huevo del congelador ¡ qué coño hacías tu con un huevo en el congelador! lo tenemos fuera una media hora, comprobarás que es una autentica piedra, a la media hora mas o menos lo pelamos y desechamos la clara y nos quedamos con la yema congelada, a esta yema le podemos dar la forma que queramos ayudados por un papel film y rotándola hasta conformar por ejemplo un cilindro. La textura de la yema congelada es parecida visualmente al tocinillo de hielo y por algún principio físico-químico ( que no vamos a explicar, entre otras cosas porque no tengo puñetera idea) no vuelve a licuar sino que permanece en esa textura.
Por otra parte ponemos entre dos papeles sulfurizados, de los que se utilizan para el horno, un par de lonchas de jamón ibérico, lo metemos al microondas un minuto a 600 w. debe quedar textura crujiente, lo ponemos en un molinillo, puede servirnos el del café, para hacer una especie de sal en escamas de jamón.
Sólo nos queda montar el plato, el cilindro de yema fría ( pero descongelada), alrededor la espuma tibia de mahonesa y en su contorno la sal de jamón.
El contraste de la textura de espuma de la mahonesa tibia con la yema fría es muy agradable y su puntico de jamón ni te cuento...al probarlo se me han quedado los ojitos en blanco.