Habrá un día, quizás no muy lejano,
en que en las mañanas tibias,
al levantar el alba,
la vista acariciará las cumbres del Pirineo,
veremos emerger en la boira, la voz del "abuelo", y
una tierra de polvo, niebla y sol, en la
que ponga, grabada a fuego, la palabra
libertad en todas sus banderas rotas.
Siempre contigo y con tu estela, maestro, compañero y ejemplo.
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