Después de la poda lo que hay que hacer está muy claro: comer como mandan los cánones más estrictos,
pero horror me he dejado en casa el
sifón, los útiles de esferificar y el tratado de cocina molecular...
ni siquiera tengo una vajilla un poco fassioon...
Pero que más da si tengo una maravillosa sartén de patas a la que
siempre se ha llamado "mondonguera" y fuego de leña,
que más puede pedir el chef, pues ¡ala! manos a la obra.
Aquí es fundamental controlar el fuego y no tenemos los numericos de la vitrocerámica o la inducción, así que con la leña necesaria poco a poco aportando los troncos necesarios controlamos el fuego hasta que esté el sofrito.
Rehogamos un buen arroz bomba ( esto es fundamental para tener éxito)
Queremos un arroz un poco caldoso asi que pondremos doble de caldo que de arroz mas 4 tazas ( estaba haciendo un arroz para 6).
Al principio que hierva fuerte, después hay que bajar el fuego para que la cocción sea lenta, es el momento de abrirte una cervecica fresca mientras contemplas el fuego.
Cuando esté casi en su punto añadimos los trozos de rape que salpimentados y enharinados los habremos frito previamente en una sartén aparte, sólo vuelta y vuelta, los colocamos encima del arroz y sólo con el calor residual se acabarán de hacer.
El resto en una bodega de este tipo es hacerse amigo de la botella de garnacha.
Y de segundo plato para que la dicha sea doble.... caracoles con setas...
Y de segundo plato para que la dicha sea doble.... caracoles con setas...
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