Un plato tan sano como sabroso.
INGREDIENTES:
quinoa
acelgas
jamón de Teruel
sal, pimienta
aceite de oliva
caldo de jamón
ajos
PROCEDIMIENTO:
Cocer la quinoa con doble volumen de líquido que de quinoa, en este caso hemos utilizado un caldo de jamón, puedes hacerlo sólo con agua, fuego un poco fuerte al principio y despues muy bajo, se trata de que quede seca y empape todo el líquido.
Cocer las acelgas en agua con sal, escurrirlas bien y reservar.
Sofreír las acelgas en un aceite aromatizado con un par de dientes de ajo chafados, adicionar el jamón cortado a trozos pequeños, no añadir mucha sal puesto que el jamón aporta mucha salinidad.
Colocar en la base del plato un aro con la quinoa, encima las acelgas con jamón y acabar otra vez con quinoa, coronar con un crujiente de jamón que habremos hecho colocando ente dos platos una lámina de jamón, y teniéndola a media potencia un par de minutos en el microondas.
LA QUINOA
Su sabor recuerda bastante al del arroz integral, aunque su textura es mucho más fina, parecida a la sémola.
Fue el alimento básico de los Incas durante miles de años hasta la llegada de los conquistadores, que sustituyeron su cultivo por el de maíz y patatas. Hoy día vuelve a cultivarse en los Andes, en Inglaterra y algunas de sus variedades, en diversos países. La quinoa (Chenopodium quinoa Willd) no es propiamente un cereal aunque forme granos o semillas, es una planta anual de hojas anchas perteneciente a la familia de las quenopodiáceas, a la que también pertenecen la remolacha, las espinacas y las acelgas. Además de las semillas, también se aprovechan las hojas cocinadas como verdura fresca.
Uno de los alimentos básicos del incanato, y por tanto de los ahora Chile, Perú y Bolivia, la quinoa, está haciendo carrera y ya resulta de fácil adquisición, basta dirigirse a tiendas ecológicas y de delicatesen, o las secciones dietéticas de los hipermecados.
Quinoa, o quinua, significa en quechua ‘cereal madre’; como alimento básico de los incas fue objeto de consagraciones y culto a lo largo de los siglos precolombinos, pero tras la llegada de los conquistadores su cultivo retrocedió rápidamente ante el dominio del maíz y la patata, y sólo permaneció en aislados enclaves indígenas.
Se cocina igual que el arroz, es decir, dos medidas de agua por una de quinoa, sin olvidar que hay que lavarla bien con agua antes de cocerla, con el fin de eliminar la saponina que es incomestible. Lo mejor es poner el agua sola a hervir y cuando arranca el hervor, añadir la quinoa, bajar el fuego al mínimo y tapar la cacerola, dejando transcurrir un tiempo de entre 12 y 15 minutos. Es preferible añadir la sal cuando ya está acabada la cocción. Otro método que mejora su sabor consiste en tostar la quinoa en una sartén con aceite removiendo constantemente y una vez dorada, cocerla como se indicado anteriormente. De este modo adquirirá un sabor que recuerda al de las nueces.
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