La palabra era una lluvia de chatarra.
Yo nunca he podido deshacerme de ella.
Todavía ahora, desde las alturas arrojo noches a punto de desbordarse.
El viento arranca el caminar sosegado y mi éxtasis se quedó en la ventana mirando pasar el fluir del tiempo.
Todos los objetos, todas las formas flotan y se acumulan.
La vegetación otoñece y las nalgas de Mercedes están siempre disponibles para la desorientación general.
El origen se aleja, los nombres se fosilizan.
Yo me río de las sílabas...son tan poca cosa...
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tomás
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