miércoles, 4 de noviembre de 2009

TABERNA DE LA DANIELA - MADRID


COCIDO A TRES VUELCOS Primer vuelco: “Sota” LA SOPA

Nada mejor que la sopa
que sonroja las mejillas
y entra sola calentando
de la nuez a la espinilla.

Segundo vuelco: “Caballo” GARBANZOS Y VERDURAS

Los gabrieles son las joyas
de este bendito Madrid
los comemos “remojaos”
con vinillo del país.

Tercer vuelco: “Rey” CARNES

Las carnes engalanadas
terminan la ceremonia
es pa chuparse los dedos
y pa rebañar la olla.
LA SOPA

LA PARTE SÓLIDA: GARBANZOS, BERZA Y TODOS LOS SACRAMENTOSDOS SALSAS DE TOMATE NATURAL CON Y SIN COMINO

LA FRASCA DE VINO
LAS IMPRESCINDIBLES GUINDILLAS

EL CAFÉ Y EL ORUJO, POR AQUELLO DE QUE AYUDA A LA DIGESTIÓN



Venía yo por la Carrera de San Jerónimo, por cierto toda "tripas arriba", por aquello del plan E, debe ser, ¡ cómo deben ponerse de "perdidicos" los zapatos sus señorías !, de visualizar las delicatessen de Lhardy, cuando me vino a la cabeza que por allí había una sucursal de La Taberna la Daniela, donde dan unos cocidos "por su sitio", yo es que conozco casi tan bien, como la ubicación de los museos, la localización de las "cosas del comercio"... y ante la alternativa de una tónica y unos cacahuetes para picar en un vasico de plástico, en la sala de espera de Atocha, la elección era clara: voy a pecar, supongo que me perdonarán, además a la salida de la Daniela esta la iglesia de Jesús de Medinacelli, lo mejor es echar unos rezos, que siempre le van bien, a un pecador como yo...

La taberna de la Daniela, creo que tiene 4 establecimientos en Madrid, me parece que han abierto otro por alrededores de la plaza mayor, el más clásico es el de la zona del Bernabeu, yo fui al de la calle Cervantes, al lado de La Cibeles, la ventaja de estos restaurantes, es que casi no es necesario pedir la carta, uno va allí a lo que va, a pegarle una enorme "puntapie" a la dieta light, tienen otras cosas, pero todos que había en el comedor estaban comiendo cocido.

El cocido es abundante y técnicamente bien resuelto, está suficientemente desgrasado, lo que hace que uno no se sienta tan derrotado después de tan ingente ingesta, y un inciso, la pelota o albóndiga, deben mejorarla, pues está tan dura, que en un hipotético apedreamiento, podría hacer funciones de pedernal, eso es fácilmente mejorable y seguro que lo harán.

Los sacramentos del cocido: desde el morcillo, pasando por la caña con su tuétano, el tocino..., abundantes y logrados, todo acompañado de un par de salsas de tomate natural y las insustituibles guindillas, el vino en frasca, de la casa, no está mal.

Lo que ya no me gusta tanto es el precio: 35 euros, por mucho que sea La Daniela, un cocido es un cocido, ... bien harían en replantearse la parte económica, no sea que se mate la gallina de los huevos de oro.

El caso es que después de cometer tan enorme pecado dietético, hay que caminar, Paseo del Prado abajo veo como han sacado Las Meninas a la calle, enfrente del Caixaforum, las enormes Meninas de bronce de Manolo Valdés y después, para que los garbanzos no se vuelvan rebeldes, a subir y bajar La Cuesta Moyano varias veces, a mirar libros...que también el intelecto necesita alimento ¿ o no?


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