martes, 14 de julio de 2009

"CUBATA" DE SANDÍA - IRRESISTIBLE SANDÍA

























Cuando veo una sandía, en esos montones impersonales, de las grandes superficies, siempre viene a mi memoria, la plaza de mi pueblo, con las sandías dispersas por el suelo, en los porches de la plaza, con las voces de los vendedores ambulantes atronando: ¡ señora María ! ¡ las tengo muy buenas!... las sandías claro... y al final, después de tentarlas y sopesarlas varias veces mi madre se llevaba una para casa...entonces, era una fiesta...porque no se puede uno, comer una sandía y estar triste, esas dentelladas encarnadas, con el líquido rojo chorreando entre la comisura de los labios es de una alegría irresistible.
Posteriormente, en la década de los 60, la primera vez que yo ví el mar...¡ joder! que grande era...fue en Peñíscola, los de Teruel, siempre veíamos el mar en Vinaroz y Peñíscola, hasta llegar allí, el autobús, se retorcía por la nacional 232, una carretera, con más curvas, que una cuerda en un bolso, pero al final, siempre estaba el mar...pues como decía, de esa primera visita, tengo en la memoria, como si de una fotografía de color sepia se tratara, a una señora en la playa, sentada sobre una sábana blanca, con el vestido remangado, apoyando sobre su exuberante pecho, una sandía , y cortando unas rodajas inmensas, que repartía a los que estaban al lado, esta imagen incluso me volvía a la memoria cada vez que he visto la película Amarcord de Fellini, imagino que sabes a que escena me refiero...la iniciática con la estanquera, creo recordar, un canto a la sensualidad es esta fruta que trajeron a España los árabes, no en vano su nombre era "sanniyya"...cuanto y bueno hicieron los árabes por la sensualidad y la belleza de este triste país.

Quizás, el comerme una rodaja de sandía, sea uno de los primeros placeres que recuerde de la infancia, a dentelladas, escupiendo las pepitas, tan lejos como me era posible, con las gallinas merodeando alrededor, esperando, que tirase aquellas semillas o la corteza de la sandía con algún resto de su carne, se daban un festín mientras yo las miraba.

Yo no se si una sandía comprada en un frío lineal de una gran superficie, despertará las mismas emociones a los niños de ahora...si además, ya no tienen ni semillas...

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INGREDIENTES:

una sandía
wocka

PROCEDIMIENTO:

Con un descorazonador ( "vaya palabro") de piña le quitamos el centro, con un cuchillo largo, quitamos un poco más de pulpa de la sandía, rellenamos con wocka, puedes usar otro licor, whisky, tequila, ron...la tienes en la nevera que se vaya empapando la carne de la sandía, cuando no veas líquido le pones mas licor... luego a comerse las rodajas como si de "cubatas" se trataran...porque uno no puede comer sandía y estar triste al mismo tiempo.

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