1 Kg. de pan seco.
1 cabeza de ajos.
100 g. de tocino fresco.
50 g. de sebo de cordero.
1 vaso pequeño de aceite de oliva virgen.
Agua y sal.
200 g. de Jamón de Teruel.
200 g. de uva.
200 gr de longaniza
opcionalmente un huevo frito por comensal
PROCEDIMIENTO:
- Cortar el pan en lonchas muy finas, a poder ser un pan de hogaza de un día o dos .
- Humedecer con agua y sal y tapar con un paño dejando reposar.
- Poner en una sartén aceite, el tocino, y el sebo cortado en trocitos pequeños.
- Dorar todo y sacar la sartén fuera del fuego para que pierda calor.
- Dorar los dientes de ajos
- Añadir el pan y no dejar de dar vueltas hasta que las migas queden doradas, sueltas y picadas.
- Freímos el jamón troceado con aceite y lo escurrimos.
- Freímos la longaniza troceada en pequeños trozos y escurrimos.
- Mezclamos los trozos de jamón y longaniza con la migas.
- Presentamos las migas en plato con unos granos de uva y un huevo frito encima .
PLATOS DE CRISTIANO VIEJO
Migas típicas de Aragón
La mesa tiene su propia liturgia, ya que no sólo cubre una necesidad biológica sino que reune a distintas personas unidas por lazos de parentesco o amistad, y donde se plasma la categoría de los comensales. La bendición de la mesa revela una influencia islámica, mientras que los judíos musitaban un rezo al tiempo que alzaban la copa de vino y bebían pequeños sorbos. Sin embargo, la mayor diferencia cultural y religiosa la marcaba el uso del cerdo. El tocino blanco estaba prohibido en la cocina levítica, que no consumía grasas de los animales sacrificados, y también en la mora, por mandamiento de Ma-homa. Por esta razón uno de los platos más contundentes de la cocina cristiana aragonesa son las migas, que se elaboraban, y se siguen elaborando, con sebo de cordero y tocino. Las migas constituyen el mejor exponente de los llamados platos de cristiano viejo, que eran aquellos que no tenían entre sus antepasados ni judíos ni conversos.
La reconquista dio como resultado que en el Reino de Aragón siguieran conviviendo las tres comunidades hasta la expulsión de la judía, en 1492, y la musulmana en 1610. De muchas formas y de mil maneras sus costumbres y sus gustos siguen presentes en la cocina aragonesa de hoy.
Lola Ester
Migas típicas de Aragón
La mesa tiene su propia liturgia, ya que no sólo cubre una necesidad biológica sino que reune a distintas personas unidas por lazos de parentesco o amistad, y donde se plasma la categoría de los comensales. La bendición de la mesa revela una influencia islámica, mientras que los judíos musitaban un rezo al tiempo que alzaban la copa de vino y bebían pequeños sorbos. Sin embargo, la mayor diferencia cultural y religiosa la marcaba el uso del cerdo. El tocino blanco estaba prohibido en la cocina levítica, que no consumía grasas de los animales sacrificados, y también en la mora, por mandamiento de Ma-homa. Por esta razón uno de los platos más contundentes de la cocina cristiana aragonesa son las migas, que se elaboraban, y se siguen elaborando, con sebo de cordero y tocino. Las migas constituyen el mejor exponente de los llamados platos de cristiano viejo, que eran aquellos que no tenían entre sus antepasados ni judíos ni conversos.
La reconquista dio como resultado que en el Reino de Aragón siguieran conviviendo las tres comunidades hasta la expulsión de la judía, en 1492, y la musulmana en 1610. De muchas formas y de mil maneras sus costumbres y sus gustos siguen presentes en la cocina aragonesa de hoy.
Lola Ester
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