jueves, 6 de marzo de 2008

DEFENSA DE LA ALEGRIA - MARIO BENEDETTI


Defender la alegría como una trinchera

defenderla del caos y de las pesadillas

de la ajada miseria y de los miserables

de las ausencias breves y las definitivas

defender la alegría como un atributo

defenderla del pasmo y de las anestesias

de los pocos neutrales y los muchos neutrones

de los graves diagnósticos y de las escopetas

defender la alegría como un estandarte

defenderla del rayo y la melancolía

de los males endémicos y de los académicos

del rufián caballero y del oportunista

defender la alegría como una certidumbre

defenderla a pesar de dios y de la muerte

de los parcos suicidas y de los homicidas

y del dolor de estar absurdamente alegres

defender la alegría como algo inevitable

defenderla del mar y las lágrimas tibias

de las buenas costumbres y de los apellidos

del azar y también, también de la alegría.

Hubo un tiempo en que para estar en política, al contrario que ahora, había que ponerlas: las pelas, o el exilio o el ninguneo y algunos de los que están aquí llevan una trayectoria de lo más recta desde hace 40 años, no creo que el difundir sus creencias políticas les haya beneficiado, más bien todo lo contrario. Acusarlos de untados por lo del canon digital es negar la cultura e insultante para la izquierda ( aunque siga pensando que lo del canon digital es un asunto todavía mal resuelto), pero claro la cultura para la derecha no existe, los intelectuales de derecha se cuentan con los dedos de una oreja y aún nos sobran, así a bote pronto quizás Don José María Pemán y la Norma Duval.

Y ya metidos en campaña, ( a ver si acaba de una vez) porque me parece un insulto para la inteligencia, decir que queda constatada la crisis de ideologías, de esto se han ocupado muy bien los partidos mayoritarios, los dos por igual, consigna: abolir ideologías y lamentablemente lo están logrando, yo sigo pensando que hay una ética de derechas y una ética de izquierdas e incluso una estética de derechas y otra de izquierdas.

En fin yo iré a votar, no tengo claro a quien, si tengo claro a quien no votaré, votaré porque a mis años estoy convencido que fuera del sistema no hay el más mínimo avance y más vale paso de tortuga que brinco de cangrejo.

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