Dicen que la vida vivida sin pasión no es vida, yo en eso también estoy de acuerdo, lo que ya no estoy tan de acuerdo en definir qué es la pasión, si pasión es un equipo de futbol, una bandera o una patria, yo puedo confesar que soy el hombre más feliz viviendo sin pasión.
A estas alturas de la vida con la suficiente perspectiva de la misma son muy pocas cosas las que se deben llevar cerca del corazón, se viaja mejor ligero de equipaje.
Todo esto viene a raiz de las pasiones que desata el fútbol, uno observa y ve pérdidas de personalidad, insultos, racismo, extrañas mezclas de banderas y club de futbol, unas patrias son de unos equipos , otras de otros, cada uno inserta su escudo en la patria que el otro va a detestar.
Si esto es pasión, si esto es lo que se lleva muy cerca del corazón no me interesa para nada.
Y sin embargo a mí me gusta el futbol, tiene su estética, su épica, admiro a esos genios que hacen malabares con la pelota, a los entrenadores que no especulan y que son capaces de dar cuartelillo a los artistas, e incluso me gusta que gane mi equipo, sin estridencias, a mí no me quita el sueño si pierde, solamente en mi escala de valores es momento de espectáculo, de ahi a ponerlo cerca del corazón no me apetece, además yo cerca del corazón tengo otras cosas y no me queda sitio para nimiedades.
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