De todos es conocido aquello de que “ la mujer del cesar además de ser honrada debe parecerlo”, yo creo que esto le pasa a los partidos de izquierda cuando están en el poder, el grado de exigencia en las formas, se multiplica y el aspecto de limpieza de la fachada debe ser más que brillante.
Los partidos de orientación progresista descubren cuando tocan poder, que las reglas del juego se las han cambiado y el fino y estilista partido que tenían en la oposición se les ha convertido en un duro combate de boxeo a la busca del k.o. técnico.
Cuando tocan poder descubren que la oposición de derechas y los mismos poderes fácticos e incluso el aparato del estado y hasta la misma ciudadanía de repente han cambiado la vara de medir, no se les pasa ni una.
Pueden haber tomado decisiones importantes, grandes iniciativas legislativas, una gestión económica ( respetando las estructuras convencionales, eso si) irreprochable, pero eso nunca será suficiente, seguirán siendo tratados como traidores y herejes, como miserables advenedizos incapaces de gobernar España.
A la izquierda le sale siempre todo mucho más caro, los atentados, las desgracias ecológicas, todo, la derecha con grandes medios económicos y últimamente con una capacidad de control social apabullante, con unos lideres que se pitorrean de alguien que intenta hacer algún gesto progresista y que no dudan en censurar asignaturas como la educación para la ciudadanía, quizás porque temen perder el control intelectual.
A la izquierda sólo le queda dejar de llorar y volver a la pelea sin nervios y sin miedo, por más que la gaviota digan que sobrevuela el horizonte marino, no nos engañemos la gaviota es un ave carroñera y su mejor habitat está en los basureros.
Los partidos de orientación progresista descubren cuando tocan poder, que las reglas del juego se las han cambiado y el fino y estilista partido que tenían en la oposición se les ha convertido en un duro combate de boxeo a la busca del k.o. técnico.
Cuando tocan poder descubren que la oposición de derechas y los mismos poderes fácticos e incluso el aparato del estado y hasta la misma ciudadanía de repente han cambiado la vara de medir, no se les pasa ni una.
Pueden haber tomado decisiones importantes, grandes iniciativas legislativas, una gestión económica ( respetando las estructuras convencionales, eso si) irreprochable, pero eso nunca será suficiente, seguirán siendo tratados como traidores y herejes, como miserables advenedizos incapaces de gobernar España.
A la izquierda le sale siempre todo mucho más caro, los atentados, las desgracias ecológicas, todo, la derecha con grandes medios económicos y últimamente con una capacidad de control social apabullante, con unos lideres que se pitorrean de alguien que intenta hacer algún gesto progresista y que no dudan en censurar asignaturas como la educación para la ciudadanía, quizás porque temen perder el control intelectual.
A la izquierda sólo le queda dejar de llorar y volver a la pelea sin nervios y sin miedo, por más que la gaviota digan que sobrevuela el horizonte marino, no nos engañemos la gaviota es un ave carroñera y su mejor habitat está en los basureros.
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